Pocas figuras han generado tanto debate y admiración como Marc Márquez en el Mundial de Motociclismo. El piloto español cuenta con ocho títulos mundiales en su palmarés, y muchos lo ponen entre los más destacados de la historia de las dos ruedas. Sin embargo, los últimos años no han sido benevolentes con el mayor de los Márquez. La gravísima lesión en su brazo que se produjo en el año 2020 en el Gran Premio de España le ha llevado a varias temporadas en el dique seco y, una vez volvió, la Honda que llevó a lo más alto ya no era suficiente. Por eso, se ha iniciado una nueva etapa: llevar la Ducati del año anterior de Gresini a lo más alto… o al menos divertirse intentándolo.

El reto de adaptarse a una máquina con historia

La Ducati que Marc Márquez pilotará esta temporada no tiene nada que ver con la Honda RC213V que ha llevado hasta ahora. Mientras que con la moto japonesa ha tenido una máquina diseñada a su alrededor, siempre actualizada y con piezas nuevas llegando desde la fábrica constantemente, en Gresini va a ser muy distinto. La escuadra italiana no es un equipo oficial, lo que hará que lleve la moto de la pasada campaña, la Ducati GP23, sin ningún tipo de actualización. Así, el reto es doble: llevar una montura radicalmente para él, que poco tiene que ver con lo que ha llevado anteriormente, además de obsoleta con respecto al resto de la parrilla.

Así, la adaptación de Márquez a esto será un proceso que puede ser muy complicado. El ocho veces campeón del mundo tiene un pilotaje muy agresivo y su talento está fuera de toda duda. Sin embargo, desde que subió a MotoGP en el año 2013, jamás ha probado una moto que no sea la Honda.

¿Su ventaja? La gran cantidad de información que tiene a su disposición. Ducati ha tenido a cuatro pilotos con la GP23 a lo largo del año que han sido capaces de ganar carreras con ella, además de su hermano Alex Márquez, que ha llevado la GP22 y puede darle algún consejo sobre cómo se manejan las Ducati. En las apuestas Chile, aun así, parecen convencidos de que Márquez puede ser uno de los grandes candidatos al triunfo.

¿Dónde estarán las grandes diferencias entre las motos?

La Ducati GP23 y la Ducati GP24 deberían tener más diferencias que la propia GP23 con respecto a su antecesora, la GP22. Así lo han deslizado los ‘capos’ de Ducati, como Gigi Dall’Igna, uno de los grandes valedores de Marc Márquez en su aterrizaje en la marca italiana.

En principio, las diferencias deberían notarse en dos frentes: aerodinámica y motor. Lo primero ha ganado mucha importancia en los últimos años en MotoGP, precisamente gracias a las inversiones de Ducati. Los últimos aletines y carenado que pueda llevar la Ducati GP24 nunca llegarán a la moto de Márquez.

Una situación similar ocurre con el motor. Si bien este está congelado y Ducati no lo podrá evolucionar a lo largo del año, el que monten en los tests de pretemporada ya debería ser distinto al que lleve Márquez. Más potente, con más aceleración o con menos consumo de combustible, cualquier mejora en estos frentes tampoco la tendrá.

Por último, y no menos importante: la electrónica. Cualquier mejora como los sistemas para rebajar la parte trasera de la moto solo las tendrán el equipo oficial y el Prima Pramac. Gresini tendrá que conformarse con el material que Ducati les deja: una moto campeona, pero no actualizada.

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